"Protestas en Copenhague"
La policía danesa sacó a la fuerza a cientos de manifestantes que intentaban ingresar a la zona aledaña al recinto donde se está llevando a cabo la Cumbre sobre Cambio Climático de Copenhague.
A raíz de este incidente, las autoridades cerraron temporalmente el Bella Centre, informó una de las corresponsales de la BBC en la capital danesa, Sarha Mukherjee.
Cientos de activistas enfurecidos se manifestaron en Copenhague ante la falta de progreso que han mostrado hasta el momento las negociaciones y también por las restricciones que se les impusieron para ingresar a las salas donde tienen lugar las conversaciones.
Pero las críticas hacia el desarrollo de la cumbre no sólo provinieron de los manifestantes. Tanto el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, como su homólogo boliviano, Evo Morales, criticaron el rumbo que está tomando la cumbre y al sistema capitalista que según ellos dio origen al cambio climático.
Imágenes de televisión mostraron a las fuerzas policiales golpeando a los manifestantes con bastones y dispersando a la multitud con gases lacrimógenos.
Hasta el momento, la policía detuvo a cerca de 100 manifestantes. Según David Shukman, otro de los enviados especiales de la BBC que se encuentra en las afueras del Bella Centre, el ambiente allí es tenso.
Con la llegada de más ministros y jefes de Estado a la cumbre las autoridades comenzaron a restringir el acceso de personas de la sociedad civil al centro de conferencias.
Miles de delegados de organizaciones no gubernamentales hicieron fila durante horas para ingresar al recinto, muchos sin éxito.
Voces latinoamericanas
"Hugo Chávez, presidente de Venezuela"
En su primera intervención en el foro, el presidente venezolano acusó a los países ricos de "irresponsabilidad y falta de voluntad política para alcanzar un acuerdo". Asimismo, Chávez criticó al "destructivo modelo capitalista" que está perjudicando al planeta.
Dijo además que ninguno de los países de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) firmará un texto que "salga de la nada" y que no se corresponda con los textos acordados en las negociaciones.
"Si el clima fuese un banco", dijo Chávez, los gobiernos industrializados "ya lo estarían salvando", ironizó el presidente venezolano.
Sus críticas hallaron eco en el mandatario boliviano, Evo Morales, quien atribuyó el calentamiento global al modelo de desarrollo del sistema capitalista.
"Si queremos salvar a la Tierra y a la humanidad no tenemos otra alternativa que acabar con el sistema capitalista", sentenció Morales.
Renuncia
Además de las protestas, otros hechos causaron conmoción durante la octava jornada de la cumbre.
"Conni Hedegaard"
Para sorpresa de muchos, la presidenta de la cumbre, la ministra danesa del medio ambiente Connie Hedegaard presentó su renuncia y las autoridades informaron que el primer ministro de Dinamarca, Lars Løkke Rasmussen, ocupará su cargo.
La versión oficial es que el reemplazo se debe al "número sin precedentes" de mandatarios y jefes de Estado que están arribando a la cumbre, por lo que alguien de mayor nivel debía ocupar la presidencia de la cumbre.
Sin embargo, según el corresponsal de la BBC Rober Harrabin, hay dudas sobre esta explicación, pues no es ningún secreto que el primer ministro danés deseaba presidir la cumbre y que había gran tensión entre él y la ministra del medio ambiente.
Poco antes, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que que los países en desarrollo tendrán que ceder en sus aspiraciones de alcanzar un acuerdo sobre el dinero que deben pagar los países ricos para combatir el calentamiento global.
Sus declaraciones enfurecieron a más de una delegación de los países pobres, para los que el tema de la financiación para mitigar el impacto del cambio climático es mucho más importante que el de reducir sus propias emisiones.
¿Luz al final del túnel?
Las diferencias sobre lo que los países en desarrollo exigen y lo que el mundo occidental está dispuesto a pagar es uno de los mayores obstáculos de la cumbre.
Si a esto se le suma que quedan sólo tres días para llegar a un acuerdo global, muchos se preguntan si la reunión de Copenhague no está destinada al fracaso.
Según el corresponsal de la BBC Matt McGrath en lo que va de la cumbre -una semana y media- la atención de los negociadores se ha centrado más en cuestiones técnicas que en avanzar hacia la concreción de un acuerdo global.
Pese a que muchas preguntas aún no han encontrado respuesta, como qué aumento de la temperatura deber permitirse (¿1,5ºC o 2ºC?), o en qué porcentaje deben los países desarrollados reducir sus emisiones o si China debe aceptar que se verifique si está reduciendo o no sus emisiones, McGrath señala que es probable que la presencia de tantos líderes mundiales dé como resultado un acuerdo de alguna clase.
"Como comentó un observador", dice McGrath, "no hay algo así como un fracaso en la ONU, pero cuán sustancioso será este éxito, será el objeto de un intenso debate".